jueves, 5 de noviembre de 2009

Diario del Hincha

Después de 3308 (ida y vuelta) retornamos de Jujuy. Viaje largo, cansador. Hace mucho tiempo que Platense no visitaba la provincia norteña y dado a los comentarios de los chicos que habían ido (allá en el 2001) todo pintaba a que el clima iba a ser bastante hostil. Salimos el lunes a la noche en micro. Goyi, Douglas y Nahuel en uno directo a salta. Yo en uno a Córdoba donde iba a hacer trasbordo en otro ómnibus. Una pésima decisión.

A las 7 de la mañana, arribada a la ciudad cordobesa, me comentan algo que no tenía previsto: El micro que iba a tomar tenia algunas paradas de más y llegaba aproximadamente a las 21:30 hs, horario del comienzo del partido. La noticia me quebró, averigüé por otras empresas, por avión, nada… Pensé en volverme a Buenos Aires, pero después de llamar a uno de los chicos, recobré la tranquilidad y con impotencia me subí al micro, rezando que no se retrase ni un minuto. En el viaje pegué onda con el chofer que, con amargura, me confesaba que ya teníamos 40 minutos de retraso. Chau! recé para que pueda llegar antes del termino del partido, por lo menos, y que sea lo que Dios quiera. En el trayecto del viaje el chofer me da ánimo diciéndome que siempre pasa por el estadio de Gimnasia cuando entra en la ciudad, y que no tenía problema de dejarme ahí. Una buena noticia entre tanto nerviosismo.

A eso de las nueve y cuarto de la noche pongo la radio. El partido ya estaba por empezar y quedaba un pueblo más, antes de seguir directo a San Salvador.
Comenzó el partido. Hacía mucho que no escuchaba jugar a Platense en la radio. Me mata. Y más esta vez, particularmente, comiéndome hasta los dedos en el asiento acompañante de chofer de un micro y con un relator del equipo contrario como yapa.

Acercándose el final del primer tiempo veo las luces de la cancha de Gimnasia a lo lejos, en ese momento eran las luces mas hermosas del mundo. El micro frena en la puerta tal como habíamos arreglado, saludo al chofer agradecida y salgo corriendo. Mirando y preguntando cual era la entrada escucho el comentario de pibas que pasan caminando: “Esta seguro es una porteña”, creí que ese iba a ser el comienzo de la recepción de los jujeños con arco y flecha.

Entré al sector de periodismo y creo que le di pena a la jefa de prensa, porque me dejo entrar a pesar de que, por primera vez, no tenia ni una acreditación. Entré en el entretiempo y los encontré a los demás chicos en las cabinas, asombrados del ambiente que había en las tribunas. Poca gente, canto desorganizado, hasta los plateistas ni bola nos dieron como porteños. Un momento muy “light” del lobo jujeño. Poco clima, exceptuando un grupo de 25 pibes que saltaron todo el partido sin parar con un mini telón abierto por cuatro personas, apoyado en los escalones.
¿Qué puedo decir del Calamar si solo vi la mitad? Creo que entre lo que escuché y pude ver, Duarte, Romero y Ceballos, de lo mejor del partido. Hernando, el señor en la mira de todos, jugó bien en mi opinión. Ni para un premio, ni para un insulto. Rindió como debe rendir. El equipo se cansó bastante en el segundo tiempo y a lo último, bien a lo Platense, terminamos todos pidiendo la hora para llevarnos el punto, cuando, por como se dio el partido, se podría haber ganado. De hecho en un momento se ganó, pero un error del árbitro nos anuló el gol de Ceballos que fue válido hasta para el relator jujeño. En un momento en que podríamos haberle dado un golpe importante al Lobo. En fin, el punto a nadie lo deja conforme, necesitamos sumar de a tres, pero por las expectativas bajas que había y por lo desorganizado que jugo Platense al final, el punto es de oro.

Al término del encuentro quisimos acercarnos a la salida de los jugadores como hacemos siempre. Lo atípico de este club fue que nos mandaron por el túnel y para pasar al “Acceso a Vestuarios”, hubo que pasar por… ¡el vestuario! Insólito…

Bueno, ahora habrá que viajar a Córdoba, necesitamos ganar como sea, de eso no hay duda. Cuatro puntos en dos partidos de Visitante serían un buen comienzo para repuntar. Platense podrá aprovechar su comodidad jugando sin la presión local. Y después llegará el rubio, ya confirmado, Braian Robert (sin S por favor). A algunos les gusta, a otros no. En lo personal, si bien no me agrada demasiado como jugador, creo que es necesario para este momento del equipo. Lo conocemos, nos conoce y no tengo dudas que va a dejar la vida. Estamos jodidos, pero recordemos que el año pasado, a esta altura, la sufrimos igual y la fe es lo último que se pierde…

Sonia Lenczner

2 comentarios:

  1. NO IMPORTA LA EDADDD, TETA ME QUIERE IGUALLLLL!! OHOHOHOOHO CIUDADEEEEEEEEE....OHOHOHOO CIUDADEEEEEE!!!!!!!

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  2. jajsjasjajsaj gracias niño saavedrero, quien quiera que seas

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