jueves, 12 de noviembre de 2009

Que la chupen (y que la sigan chupando)

Informe de Clarín sobre la hinchada de Platense, luego del cotejo disputado frente a Ñuls, el 16/05/99.



Cuando el entorno se devora a los protagonistas, el desenlace es previsible. El acéfalo Platense vive en el límite y se acerca peligrosamente al abismo institucional, al caos y al descenso. La barra brava local demostró ayer que la impunidad reina en Vicente López, que el club es tierra de nadie. En una tarde, agredieron a un directivo, apretaron a otro y amenazaron al jugador Alberto Godoy. ­Ah!, también se jugó al fútbol y ganó Newells 3 a 0.

Pero los factores externos ya habían tapado a los actores principales.En menos de un año pasaron cinco técnicos por el club. Picerni, Córdoba, Agüero, Grimoldi -dos veces- y Marchetta se turnaron en el banco de suplentes hasta que la barra brava les bajó el pulgar. Y el presidente, Carlos Schaffer, está de licencia. Toda una definición de la actualidad.Iban 38 minutos del segundo tiempo, Newells ganaba 3 a 0 y uno de los cabecillas de la barra brava, le gritaba a los futbolistas que pusieran huevos.

Pablo Erbín, mientras se desarrollaba el partido, le contestó con ademanes que se callara. Y Alberto Godoy habría hecho lo mismo. Este gesto le costaría caro. En los vestuarios, ante los periodistas, ese barrabrava amenazó a Godoy con reventarle los sesos el martes (mañana) por semejante falta de respeto.Antes de la amenaza, se vivieron otros hechos lamentables. En la platea, un hincha y el jefe de la barra brava de Newells que pasó a saludar a sus amigos de Platense, se agredieron física y verbalmente.

A pocos metros, la popular local exigía a gritos la renuncia de los directivos. En medio del desorden, el secretario Raúl Di Orio fue agredido.Con total impunidad, el barrabrava se quedó todo el tiempo que quiso en el vestuario local. Otro de los cabecillas, lo calmó. Afuera, el vice Alfredo Ginanni, anunciaba que no renunciaría. Y agregaba más leña al fuego: Acá, algunos jugadores juegan por la plata y otros por la camiseta. Más tarde un barrabrava conversó con Ginanni y le pidió que saldara la deuda con el plantel (les deben 2 sueldos y 8 puntos). Así no tendrán más excusas, decía. Y gritaba: ­Escuchen los periodistas. Si descienden, van a cobrar todos!.

Ante la consulta de Clarín, el técnico de Platense Raúl Grimoldi dijo desconocer la apretada a Godoy, que sucedió a escasos pasos de donde él se encontraba. Sin embargo, diez minutos después se reunió con los tres cabecillas de la barra brava local, en la enfermería. Salió y no habló.Los jugadores se retiraron en cinco remises. En ese momento, la barra brava hizo su última aparición. El amenazado de turno fue el vice Felipe Tessone. Le dijeron: Renuncien y llamen a elecciones para junio o los vamos a echar nosotros.La pelota estuvo en segundo plano. Es una señal inequívoca. El final está cerca.

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